miércoles, 13 de agosto de 2008

OCASO DE UN AMOR








Noche...
noche sombria y vaga
en donde se extraviaron las estrellas
y la tristeza se convirtió en un eco interminable
de gélida ausencia.

Noche vacía y seca
te has bebido hastiada
todo el sabor del ingrato y tormentoso pasado
que te dejó marcada.

Si, aqui tienes mis manos
selladas con el último aliento de la monotonía.

Las grietas que en ellas encuentras
no son verdades ocultas
-ellas fueron deseos-
porque un día cualquiera
alguna vez se cubrieron
de sedientas caricias
y desiertas promesas.

Ellas fueron la vida
que cubrieron de gloria
a un amor inconcluso.


Ya no busques culpables
ni te nombres olvido
-al final de la historia-
esas manos marchitas
por el polvo del tiempo
sin pedirte nada
¡Te entregaron tanto!


Alma Cervantes

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