martes, 28 de octubre de 2008

MAS ALLA DEL TIEMPO Y DE LA SOLEDAD





-Hola tiempo-
Hoy quiero hablar con mi espejo
y resurges de nuevo
furtivo invitado en la sombra
comiéndote la lozanía de mi rostro.

¿Y tú, soledad?
Quien fuiste en algún tiempo mi amiga
confidente de risas y llanto
hoy llegas así de repente
callada
-irónica-
¡Pero ya no te quiero a mi lado!

Marcha
-aguarda-
Cuando llegue la hora
acudiré a tu llamado.

Si, soledad
¿No te das cuenta?
Ni tan siquiera la ausencia
logró marchitar la sonrisa
-de lo que te has llevado-
Y estas manos,
tesoro invaluable
invadidas de líneas futuras
manos hacedoras de vida,
amor
trabajo
familia
(son sabias arrugas que guardan secretos)

Atrás dejaron su infancia
sus sueños ya duermen
-ellos fueron la llave maestra-
que lograron abrir muchas puertas

Hoy una cama me espera
no es color rosa
-ni blanda-
Ni habré despertar ya mañana
es dura
triste
(opaca)
Aun así será mi refugio,
el altar eterno
santuario construido.

No llores,
ni extrañes.

Al final seré uno mas que se marcha
seré polvo cubierto de tierra.

Uno mas que se aleja
más allá del tiempo y de la soledad
que se pierde
-silenciosamente-
a través de esa inmensidad que separa
a la vida con la muerte.

Alma Cervantes
Derechos Reservados

5 comentarios:

quinto pretoriano dijo...

He aquí esta reflexión del prolífico dramaturgo de la Edad de Oro de la Literatura Española FÉLIX LOPE DE VEGA Y CARPIO :

A mi SOLEDAD voy
de mis SOLEDADES vengo,
porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos.

quinto pretoriano dijo...

EPICTETO (Epicteto (en griego: Επίκτητος) (Hierápolis, 55 - Nicópolis, 135) fue un filósofo griego, de la escuela estoica, que vivió parte de su vida como esclavo en Roma. De su enseñanza se conservan un Enchyridion o "manual", y unos Discursos editados por su discípulo Flavio Arriano. Su nombre (del griego επικτετος, epiktetos, "adquirido" o "comprado") viene de esta época; se ignora su nombre de nacimiento.):

"Cuando estés de noche en tu alcoba, aun cuando tengas las puertas y las ventanas cerradas y apagada la luz, no digas que estás solo: nunca se está solo"

ALMA CERVANTES dijo...

Gracias infinitamente por tu presencia en este espacio y por tus comentarios tan valiosos, espero estes aqui siempre, tu amiga desde Sinaloa México.

ALMA CERVANTES

quinto pretoriano dijo...

Vaya para ti querida Alma este poema de Luis Cernuda :

CÓmo llenarte, soledad

Cómo llenarte, soledad,
sino contigo misma...

De niño, entre las pobres guaridas de la tierra,
quieto en ángulo oscuro,
buscaba en ti, encendida guirnalda,
mis auroras futuras y furtivos nocturnos,
y en ti los vislumbraba,
naturales y exactos, también libres y fieles,
a semejanza mía,
a semejanza tuya, eterna soledad.

Me perdí luego por la tierra injusta
como quien busca amigos o ignorados amantes;
diverso con el mundo,
fui luz serena y anhelo desbocado,
y en la lluvia sombría o en el sol evidente
quería una verdad que a ti te traicionase,
olvidando en mi afán
cómo las alas fugitivas su propia nube crean.

Y al velarse a mis ojos
con nubes sobre nubes de otoño desbordado
la luz de aquellos días en ti misma entrevistos,
te negué por bien poco;
por menudos amores ni ciertos ni fingidos,
por quietas amistades de sillón y de gesto,
por un nombre de reducida cola en un mundo fantasma,
por los viejos placeres prohibidos
como los permitidos nauseabundos,
útiles solamente para el elegante salón susurrado,
en bocas de mentira y palabras de hielo.

Por ti me encuentro ahora el eco de la antigua persona
que yo fui,
que yo mismo manché con aquellas juveniles traiciones;
por ti me encuentro ahora, constelados hallazgos,
limpios de otro deseo,
el sol, mi dios, la noche rumorosa,
la lluvia, intimidad de siempre,
el bosque y su alentar pagano,
el mar, el mar como su nombre hermoso;
y sobre todo ellos,
cuerpo oscuro y esbelto,
te encuentro a ti, tú, soledad tan mía,
y tú me das fuerza y debilidad
como el ave cansada los brazos de la piedra.

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
y erguido desde cuna vigilante
soy en la noche un diamante que gira advirtiendo a los hombres,
por quienes vivo, aún cuando no los vea;
y así, lejos de ellos,
ya olvidados sus nombres, los amo en muchedumbres,
roncas y violentas como el mar, mi morada,
puras ante la espera de una revolución ardiente
o rendidas y dóciles, como el mar sabe serlo
cuando toca la hora de reposo que su fuerza conquista.

Tú, verdad solitaria,
transparente pasión, mi soledad de siempre,
eres inmenso abrazo;
el sol, el mar,
la oscuridad, la estepa,
el hombre y su deseo,
la airada muchedumbre,
¿qué son sino tú misma?

Por ti, mi soledad, los busqué un día;
en ti, mi soledad, los amo ahora.

(ESTEBAN)

Gia Amsara dijo...

Que hermosas letras un la pluma de un poeta, gracias por compartirla

Gia Amsara

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