Dedico estas letras a toda mujer que lleva detrás de su rostro la oscuridad de un desamor, la inefable cachetada del olvido, la lágrima reprimida por el miedo, pero sobre todo, dedico estas letras a todas ellas que aún están, a las que se han marchado y a todas aquellas que están por venir y que a pesar de los tropiezos y tormentas han podido levantarse y salir triunfantes hasta convertirse en luz, en éxito, en muralla resistente a cualquier batalla.
SOY MUJER
¿Alguna vez te has preguntado cuanta distancia existe entre el amor y el odio? ¿Cómo puede el alma amar tanto al mismo tiempo que ese amor lastima, araña, amarga, se prende de la piel hasta hacerla sangrar, dejando profundas cicatrices difíciles de sanar.
Ella estuvo entre ese ángulo de espera, en una noche oscura y desierta, las voces de angustia y temor se dejaron escuchar en medio de aquel llanto desgarrador, ni siquiera se dió cuenta cuando los golpes iniciaron, aquel verdugo que desconocieron sus ojos al instante no era ese hombre cariñoso del pasado, no era quién la cobijara entre sus brazos y su rostro se volvía tierno prodigándole caricias
transformación total a las heridas, sólo un rezo poderoso podría salvarle de ese cruel abismo que se avecinaba irremediable.
Entre lágrimas y ruegos, entre ofensas y lamentos un estallido se dejó escuchar con olor a polvora, un grito desgarrador y una suplica. Despues silencio, consternación…culpa, realidad…dolor…amor. Sí, existe Dios y él la tuvo entre sus brazos esa noche.
Sí, existe Dios y el la acompañó en ese viacrucis que estaba viviendo en esos instantes de angustia y desaliento.
Sí, existe Dios y el también ayudó a ese verdugo Judas arrepentido al cual amaba como todo ser humano.
Infierno…bastaron unos días para saber el significado de esa palabra…golpes, duelen mas los golpes que se quedan en el alma, los del cuerpo ésos se van borrando con el tiempo.
Rencor…cuando anida el amor no reconoce esa palabra…perdón sólo Dios puede darlo. Era una simple mortal, una mujer común y cualesquiera fué dotada para dar vida a la vida.
Y de ese grito de esperanza nace el poema
Soy mujer
-porque en el centro de mi cuerpo-
se anidó la semilla embarnecida
para dar paso al amor y al deseo
firme pirámide de la pasión vivida.
Soy agua
-soy tierra-
soy fruto prohibido
la Eva despierta
en el eterno pecado maltratado.
Pero aun así
en medio de tormentas y de llanto
a través del holocausto que me consume.
Soy poema y amor,
soy misterio y leyenda
cruzo los mares
(y escribo sobre el aire)
bebo mis palabras mudas
y trazo líneas con mis sueños
(porque soy capaz de dar vida a la vida)
Alma Cervantes
Entradas
